martes, septiembre 27, 2005

Hacia adelante

La última vez que me marché sin mirar atrás, estaban ocurriendo demasiadas cosas y demasiado deprisa.

Recuerdo que dejé que la corriente me arrastrara y me golpeara en cada orilla, haciendo crecer la sed de venganza en mí.

¡Él me rescató!